Son cinco coreografías creadas por Esther Lopezllera quien, junto con su compañía Eterno Caracol, tomará por asalto el Teatro Legaria para presentar estas piezas bajo el programa titulado “Entre ocre y azul cobalto”, que tendrá lugar los fines de semana de septiembre del año en curso.
La destacada bailarina y coreógrafa -una de las más reconocidas dentro del gremio nacional-, explica que era el momento idóneo para regresar a algunas obras de su repertorio (sólo una de ellas es estreno), ya que estamos viviendo una época en la que la inmediatez está generando cierta insensibilidad en los seres humanos y justamente dichas coreografías abordan asuntos afines a ese problema.
“Siempre he sido una persona muy sensible independientemente de que sea creadora y parezca una esponja que absorbo todo lo que hay a mi alrededor. Hay cosas que me afectan mucho y la danza me ha permitido sacar esas sensaciones y emociones que manifiesto”.
A pesar de que su proyecto tiene un toque nostálgico, Lopezllera aclara que en ningún momento apela al drama o al desgarramiento. Tampoco busca que el espectador salga deprimido de la función. Sencillamente que la profundidad de su proyecto permitirá envolver al espectador en un ambiente poético.
No obstante la diferencia temática y estética entre ellas, existe un común denominador que las une: la tonalidad bajo la cual fueron producidas y que fue determinante en el título del programa. Al respecto su creadora explica:
“Los ambientes del programa curiosamente tienen que ver con las tonalidades. Por un lado el ocre, las tierras, el polvo y por el otro el azul, el agua. De alguna manera juego con estos dos valores y recreo metáforas hacia sensaciones y sentimientos humanos, como la pérdida o la tristeza”.
La primera pieza que se ejecutará del programa se titula “Al agua pato”, que alude al derroche del vital líquido y a las consecuencias sociales que esta situación pueda generar, como guerras por obtenerlo. A través de un singular sentido del humor, se invita al público a tomar conciencia en el cuidado del agua.
Después se interpretará la obra de estreno, “El sonido del polvo. La nostalgia del adiós”, donde se medita sobre la necesidad de cerrar ciclos para seguir adelante en la vida; también expone cómo en ocasiones se comete el error de aferrarse al dolor por una nostalgia llevada al límite.
Tal propuesta la inició Lopezllera al interior del aula con sus alumnos de la Escuela Nacional de Danza Clásica y Contemporánea; al ver el éxito de los primeros resultados, decidió elaborarla más y estrenarla ahora oficialmente con su compañía.
La tercera coreografía del programa será “El agua,lo abismal”, un trabajo unipersonal inspirado en las ideas de Li-Ching, un experto herborista que hablaba de la naturaleza de este líquido por abrirse camino, rompiendo cualquier barrera.
Más adelante continuará la danza “El sentir de las tortugas”, que invita a reflexionar sobre la vulnerabilidad de estos animales que, no obstante la longevidad que les ofrece la naturaleza, se enfrentan a brutales luchas para sobrevivir.
Finalmente se bailará “Para una oración”, que nace de la lectura que hizo Lopezllera del libro “Ensayo sobre la ceguera” de José Saramago, donde se habla de las vendas o antifaces que muchos seres humanos suelen colocarse para no observar la realidad tal cual.
-Podríamos decir que las cinco piezas comparten un llamado a no perder nuestra sensibilidad como seres humanos?-
“Sí, creo que es una buena observación. Siento que lo que nos ha pasado es que la vida nos está llevando por un ritmo muy acelerado, no paramos y ya no nos sentamos a conectarnos con nosotros mismos”.
Al preguntarle a Lopezllera si la danza es el arte perfecto para provocar en el espectador reflexiones de este tipo, la coreógrafa responde: “Siempre he dicho que la danza es maravillosa porque genera movimiento y el movimiento es vida. Quizá la danza no es tan intelectual pero llega directamente al corazón. El poder de la danza es impresionante, es como si fuera alquimia, genera una transformación mágica incomparable”.
Por esa razón, la bailarina está convencida que todo aquel que acuda al Teatro Legaria será parte de una experiencia nostálgica que, lejos de derrumbarlo, lo conmoverá para ser y hacer más a favor propio y de su entorno.
“Entre ocre y azul cobalto” se presentará los Sábados 4, 11 y 25 de septiembre a las 19:00 horas, y los domingos 5, 12 y 26 a las 18:00 horas en el Teatro Legaria, ubicado en la Calzada Legaria s/n, esquina Glorieta Allende, colonia Pensil Norte.
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